sábado, 30 de julio de 2011

Vilnius & Trakai

Primer fin de semana (por fin!). A las nueve de la mañana hemos salido de la residencia en autocar rumbo a la capital. Vilnius es una ciudad muy interesante: más grande que Kaunas, muy internacional, llena de gente... y de bosques. Como todas las ciudades aquí, parece surgir de la nada en medio de una maraña de árboles. Hoy, además, hemos tenido suerte, porque el sábado parece ser el día oficial de bodas en Lituania, y hemos podido ver al menos veinte, y no exagero en absoluto. La cuestión es que no son como en España. A la boda asisten muy pocos invitados, ni siquiera llegan a 50; y la ceremonia dura... veinte minutos?? En nuestra visita a la catedral hemos podido ver dos bodas seguidas, y a lo largo de todo el día sólo había parejas de recién casados paseando por las calles, gente muy trajeada y coches con flores blancas haciendo sonar el claxon en cada avenida. Ha sido muy curioso.

Hemos comido en un típico restaurante lituano: mucha verdura, mucha patata y pollo, eso es lo que principalmente se come aquí, y lo que comemos casi a diario (alguien podría imaginar un menú del día compuesto de sopa de verduras y un segundo plato de pollo con arroz, al absurdo precio de 2,85 euros??? pues existe! y está en Lituania).

Hemos caminado y caminado y caminado por la ciudad desde las 14 hasta las 15, y entonces nos hemos ido a Trakai. Es un pueblo pequeño, repleto de casas de colores con tejados a dos aguas y porches preciosos. Pero eso no es todo. Está en la orilla de un tremendo lago (hay muchos por aquí) que tiene siete islas. En una de ellas -la más grande- se encuentra el castillo más bonito y mejor conservado que he tenido la suerte de poder visitar. (A los fans de Canción de Hielo y Fuego os hubiera encantado :P)

Lo hemos recorrido entero, viendo escudos de armas, instrumentos de tortura, mobiliario, vestuario, dinero y mil detalles más de la época de Vytautas el Grande (en torno a 1370), gobernante del, por aquel entonces,  Ducado de Lituania. Ya pondré más fotos :) Sólo hemos pagado seis litas por la entrada, y una profesora de Historia de la Universidad nos ha hecho de guía todo el rato -esto es una pasada-.

Al salir, ha empezado a caer una lluvia torrencial (y eso que por la mañana lucía el sol y moríamos de calor!). Hemos corrido como locos hacia el lugar donde debía esperarnos el bus, y como aún no había llegado, nos hemos metido en un puesto callejero a comer una especie de empanada de carne, tipiquísima de aquí. Así hemos hecho tiempo, y después en el bus el sueño ha podido con la mayoría de nosotros.

P.D. Ya tengo cámara de fotos! una olympus de 12 megapíxeles que me ha costado 70 euros jajaja. Os dejo unas fotos.

Iglesia de San Pedro y San Pablo

Un trolebús :)

Interior de la iglesia

Interior de la iglesia (2)

Vista panorámica de Vilnius

Susana (Portugal), María (España) y Diana (Letonia)


Hay una tradición que dice que tienes que ponerte sobre esta baldosa y girar tres veces sobre ti mismo, mientras pides un deseo ("stebuklas" significa "milagro")

El castillo de Trakai

Recién casados en Trakai

Vista del lago

Patio principal

Entrada al castillo

Vista desde el patio principal

Patio interior

Torre (30 m)
Recién casados saliendo de la catedral

jueves, 28 de julio de 2011

Días 4 y 5... clases de lituano!

Si alguna vez pensé que el curso de lituano sería una mera distracción durante estas cuatro semanas, me equivocaba. Nos meten una caña impresionante: a las 9 estamos ya en la Universidad, y tenemos clase hasta las 12:00, una hora y media para comer y luego de nuevo clase hasta las 15:30. Un día sí y uno no, sesiones de cine lituano de 16:00 a 18:00. Y con deberes, por supuesto. Sin embargo los resultados se hacen notar:

Mano vardas Elena. As esu is Madrido, as gyvenu Kaune.
(Me llamo Elena. Soy de Madrid, vivo en Kaunas)

Bien, no es cualquier tontería, como podéis ver, no hay color con el castellano. Y además, la pronunciación me mata! porque tienen varios sonidos para la c, la s y la z (y para los españoles en concreto es bastante complicado). A pesar de las dificultades, las clases se pasan rapidísimo porque las profesoras son estupendas.

Hoy hemos terminado cantando esto, y la verdad es que no se nos ha dado tan mal.

Ayer tuvimos película, aunque me temo que la mitad de la información se quedó por el camino, porque de cada cuatro frases, sólo había dos subtituladas. "The children of Hotel America", se llamaba, y mostraba cómo la juventud lituana se rebelaba contra el régimen soviético.

Pasó algo espectacular: jamás había visto un accidente de coche; y en el descanso de la mañana estaba sentada con los compañeros de clase en las escaleras que hay en la entrada de la Universidad, cuando un coche se estrelló -literalmente- contra un árbol. Se destrozó por completo la parte delantera, menos mal que a los que iban dentro no les pasó nada (había dos niños :S), pero fue bastante impresionante.
Esta noche iremos a bailar a un pub que se llama "Latino". Por supuesto, es de salsa. Se ve que la gente del Este disfruta con esa música.


Mi ventana

martes, 26 de julio de 2011

Día 3: el primer día "serio"

Vale, realmente de día serio, poco. He pasado la mañana vagueando en la resi, y luego hemos ido a registrarnos en la Universidad, y a hacer un tour guiado por toda la ciudad. Claro, caminar como mulos de 3 a 5 puede ser algo normal para el resto de europeos, pero las tres españolas estábamos muertas mientras nos arrastrábamos bajo el sol. Y todos riéndose de nosotras y diciendo cosas como: "ha ha ha, pobres españolas, sin su siesta no pueden vivir". En fin...

De cinco a siete hemos tenido una especie de recepción oficial, con vino, canapés y demás cosas ricas para comer; en la que hemos podido conocer al profesor de español de nuestra universidad: un hombre que habla un inglés macarrónico y termina cada frase diciendo "¿no?". Pero nos ha informado acerca de los lugares que debemos visitar para hacer honor a la tradicional vida nocturna de Kaunas. Hemos empezado por un bar-karaoke, el Dzem Pub. Imaginad el último piso de un edificio de oficinas. Imaginad una sala enorme, bordeada por mesas y sillones y, al fondo, un escenario y una gran pantalla donde van apareciendo las letras de las canciones. Imaginad también una terraza enorme donde salir a tomar el aire. No hemos podido cantar porque estaban las listas llenas hasta la una, y mañana ya nos toca madrugar... pero supongo que volveremos, porque es un sitio genial!!!

Y ahora, siete horas de sueño por delante. Mañana a las nueve en punto tenemos que estar en la universidad para nuestra primera lección de lituano. Suerte que no tardamos más de diez minutos en llegar!!!!

lunes, 25 de julio de 2011

Día2 - Parte2: Compras!!!!

El centro comercial Akrópolis de Kaunas es el más bonito que he visto nunca. No es una exageración fruto de mi emoción contenida, no. En cuanto me haga con una cámara de fotos os permitiré echarle un ojo. Sólo con decir que en medio de todos los restaurantes tiene una pista de patinaje sobre hielo ya suena muy interesante! Y es que además, cada restaurante está decorado de una forma, todos curradísimos: en uno las mesas están dentro de un tiovivo, otro tiene un molino de viento... en fin, curioso, cuanto menos. Además hay un karaoke y cines -con pelis en inglés, menos mal-. Y todo a 5 minutos de la residencia.

Una de las estanterías
(tranquilos, que también hay un armario normal y corriente)

Mi cama, con sábanas de los 101 dálmatas
Pero realmente nos hemos dedicado a comprar lo básico: perchas, multitud de perchas; platos, vasos y cubiertos, una sartén y demás utensilios necesarios para cocinar. Y comida, mucha comida. En total??? 40 euros. Va ser malo acostumbrarse a estos precios....




Al volver he sacado por fin toodo de las maletas y lo he colocado como he podido pensando en mi futura compañera de cuarto (si es que existe y piensa llegar alguna vez). A todo esto, María, la otra española,  ya tiene compañera, una portuguesa que se llama Susana y que viene a estudiar Arquitectura. Además han llegado dos polacas, pero no hablan casi inglés, se han puesto juntas en la habitación y no han salido, así que realmente no he tratado nada con ellas.

Hemos cenado comunitariamente en la habitación de María y Susana, y cada mochuelo a su olivo, que mañana ya nos espera un día "serio".


Buenas noches!!!

Día2 - Parte1: Primer vistazo

Podrá ser una ciudad pequeña, pero patearse Kaunas cansa, todo hay que decirlo. Son las cuatro aquí, y estoy en plena "siesta", con las piernas en alto y terminando de montar todo este rollo del blog.

Voy a ser un poco más generosa con la descripción, ya que anoche estaba hecha polvo y realmente no dije mucho, (y lo poco que dije era malo, tampoco quiero que penséis que estoy en una especie de chabola a la lituana). La residencia es un edificio enorme. Podría decir que es antiguo, pero no es la palabra, porque será de los años 80 o 90, lo que pasa es que está machacadísimo, se nota que por aquí pasan hordas de estudiantes que no lo cuidan nada de nada. Al entrar hay una recepción donde dejamos las llaves y demás (ninguna de las recepcionistas habla otra cosa que no sea lituano, con lo cual cada vez que pasamos por allí es todo muy chistoso). Luego un saloncillo lleno de sofás destartalados, y las escaleras al lado de los ascensores. En cada piso hay dos cocinas (parecidas a las que teníamos en Irlanda, a medio camino entre algo de gas y una vitro, bastante peligrosas), que tienen microondas y algunos utensilios que es mejor no tocar, del asco que dan. Además no tienen mesas ni sillas, por lo cual es un enigma saber dónde come aquí la gente (pero lo averiguaré!).
Y... las habitaciones. Son todas muy parecidas: primero hay una pequeña entrada, donde están el armario y la nevera (la cual sigo sin poder enchufar, por cierto), y dos puertas: la del baño y la del dormitorio. El baño está bien, sin más, aunque no tiene enchufes -.-'. La habitación es amplia y tiene tres ventanas enormes. Hay tres camas, cada una pegada a una pared, con sus tres escritorios. Aparte hay una librería y una estantería. Vaya, lo estrictamente justo y necesario.

La verdad es que se duerme estupendamente, si exceptuamos el hecho de que no hay persianas y que a las 6 y media de la mañana pegaba ya un sol que me ha quitado el sueño de golpe y porrazo. He salido a desayunar con María y Michael, y hemos conocido a un matrimonio español que estaba de vacaciones por aquí; hemos alucinado un rato en común por el hecho de que la calle principal de la ciudad (lo que vendría a ser la Gran Vía de Kaunas) estuviese prácticamente desierta, y ya hemos seguido nuestro camino hacia el casco antiguo. Hemos entrado en varias tiendas (todo, todo es baratísimo! pero barato de verdad) y me he enamorado de la parte antigua, que tiene mucho mucho encanto. No es parecido a nada que haya visto antes, no podría comparar. Simplemente es diferente y me gusta. Hay muchas terrazas en las calles, y todas tienen flores. Además no hay muchos coches y se puede pasear tranquilamente. Un señor muy amable nos ha dicho que un tercio de la población de Lituania ha emigrado en la última década en busca de trabajo.

Nos hemos topado con el río y hemos paseado por toda la orilla, hasta encontrar la otra entrada del centro comercial en el que estuvimos ayer. Hemos echado un ojo a todo lo que queremos comprar esta tarde, y ya nos hemos ido a comer. Arroz, pollo con queso y piña, fresas con yogur y una botella de agua = 20 Lt, que vienen a ser... 5,80 euros. Una maravilla, vamos. Y todo comida casera :)

Si esta noche internet se porta bien, subiré la segunda parte del día.

Besos!!!

Día1: Viaje y llegada

¡¡Ya estoy aquí!! 
No hace frío, ni llueve. Es más, la temperatura de la habitación debe rondar los 30 grados y me estoy achicharrando dentro de mi pijama de invierno... (No, no puedo abrir la ventana porque entonces los mosquitos-tiburón que pululan por aquí vendrían a comerme).

Comencemos... Podría empezar dando los motivos (y son muchos) por los que el precio de la residencia en la que me alojo es tan barato, pero hablaré primero del viaje. 

Salir de Barajas ha sido una odisea de kilos de más en la maleta, una forma bastante desagradable de empezar esta aventura, pero finalmente me he visto sentada en un avión rumbo a Riga, capital de Letonia. Digamos que he dormido la mayor parte del viaje, porque anoche con los nervios no pegué ojo, pero estaba bastante tranquila. Tras cuarto horitas de vuelo, hemos llegado a Riga y se ha montado un jaleo porque a nadie le quedaba muy claro cuál era su próxima puerta de embarque. Riga es el primer destino de AirBaltic, y que de ella salen vuelos hacia varios países de la Europa del Este y algunos países nórdicos, como Finlandia. En resumen, que cada uno iba hacia un lado, y para colmo los azafatos sólo han anunciado las puertas de los pasajeros que embarcaban inmediatamente. Es decir, que me he visto en mitad del aeropuerto, tratando de buscar una pantalla informativa de salidas y sin entender prácticamente nada (benditos carteles en inglés! –pocos, pero benditos-). Al final he conseguido dar con la mini puerta de embarque, que estaba al final de un mini pasillo (todo era escala liliput en ese aeropuerto, lo juro) y me he sentado a esperar.

Entonces ha aparecido una chica cuya cara me sonaba ya de haberla visto en la reunión informativa que tuvimos en la Universidad, y me he acercado a preguntarle… en efecto! Española, estudiante de periodismo y economía y compañera de fatiga. Aunque realmente estaba resultando agradable la sensación de “uala, estoy viajando yo sola”, necesitaba hablar con alguien YA. Y así se nos ha pasado el rato, hasta que hemos cogido el otro avioncito que nos ha traído hasta Kaunas.

¿Qué se ve por la ventanilla cuando se sobrevuelan las repúblicas bálticas? Pues veréis: el terreno no cambia, las tres forman parte de una vasta llanura que no se puede abarcar con la mirada. A vista de pájaro todo parecen tierras de cultivo, entrecortadas de vez en cuando por multitud de bosques, y por ríos bastante caudalosos que parecen seguir un curso que no tiene ni orden ni concierto. Y los núcleos urbanos son pequeños pueblos de casas unifamiliares que parecen surgir de la nada. De hecho, son pocas las carreteras que he podido ver desde allí arriba. 

Aterrizar en ese avión enano me ha dado bastante impresión, todo hay que decirlo, parecía que en cualquier momento se descoyuntaría y saldríamos todos rodando por la pista. Sin embargo, bajar y ver la puesta de sol ha sido una preciosidad. Un cielo inmenso, todo rosa y morado, con una marea de nubes cubriendo el horizonte y sin un solo edificio alto que impidiese disfrutarlo. 

Justo después de recoger el equipaje, tras atravesar un pequeño pasillo, nos estaba esperando Zydrune Zymayte, que es la encargada de los treinta locos que hemos decidimos pasar un mes aquí estudiando lituano. Por ahora, además de María, he conocido a Michael, un alemán que va a estudiar a Vilnius el segundo cuatrimestre de este curso. Los cuatro hemos subido al coche-latadesardinas de Zydrune, y a 70km/h (velocidad que indicaban las señales, y eso que íbamos por una autovía) hemos llegado por fin a Kaunas.

¿Qué deciros? La primera impresión no ha sido demasiado entusiasta, pero porque son muchos los factores en contra: venía cansada, sucia, ya era de noche y además hemos ido directos a la residencia, por lo cual no hemos visto mucho de la ciudad. Pero era todo demasiado oscuro.

Y ahora… lo mejor. La residencia es del año de la pera o más antigua quizás. No es que se caiga a cachos, pero creo que si esta noche me doy la vuelta en la cama, la que me caeré soy yo.  Tenemos neveras en las habitaciones, sí, pero para llegar al enchufe más cercano necesitaría un alargador de tres metros, del cual carezco. Y no hay perchas y las cocinas dan bastante asco. Pero hemos puesto al mal tiempo buena cara y nos hemos ido a comprar algo de cena. Todo baratísimo, así da gusto. Hemos fichado ya un McDonlads para casos de emergencia (lo siento, mamá!) y nos ha dado bastante miedo volver a la resi por calles oscuras y desiertas. Y eso que sólo eran las 11 y media! Definitivamente, después de las nueve de la noche, esto muere. El alemán no dejaba de decir, atónito: “pero si todo está vacío, ¡¡vacío!!”. Hemos vuelto a cenar, y ya a dormir.

Yo he pasado de deshacer maletas, la pereza es infinita. Mañana, que es un día-limbo, lo dedicaremos a recorrer toda la ciudad y a hacer compras necesarias; también a colocar el equipaje en condiciones. Y el martes empezaremos las clases, yujuuuuuu.

En fin, me voy a dormir a una cama enana que tiene sábanas de los 101 dálmatas mientras oigo las voces de los estudiantes lituanos que pululan más abajo del cuarto piso (5º y 4º van a ser santuario erasmus, el resto está ocupado todo el año por estudiantes de aquí).

Besos :)  from Kaunas

jueves, 21 de julio de 2011

De motivos y otras excusas

A veces las decisiones nos toman a nosotros.  Yo me negaba rotundamente a irme de Erasmus; durante meses esgrimí ante mis padres los archisabidos: "es un año perdido", "es mucho dinero", "lo que necesito es buscar un trabajo" y un largo etcétera.
Y de pronto, solicité la beca y me enteré de que durante un cuatrimestre me iría a un sitio bastante pequeño y bastante desconocido a intentar sacarme unas cuantas asignaturas y, de paso, a vivir un poco más la vida. Ahora me quedan tres días en Madrid, y parece que (casi) todo me empuja a coger las maletas y salir volando hacia la misteriosa Europa del Este.

Hay quien se va porque no aguanta más aquí, otros porque se aburren de su carrera, algunos quieren olvidar ciertas caras, y unos cuantos simplemente necesitan más aire. Me apunto a todos esos motivos, y sumo dos.

1)Conocer el mundo. 
2)Conocer a esa Elena que tanto me confunde.