domingo, 16 de octubre de 2011

Dos historias.

Primera

Cada jueves celebramos una Cultural Night, lo que significa que todos los erasmus de un país organizan una velada para mostrar una visión general de la cultura o tradiciones de su país. Y el jueves pasado fue la nuestra. Contaré que llegamos media hora tarde, haciendo honor al cliché que más veces se repetía en la hoja oficial de clichés sobre España que estaba colgada en la puerta. Pero lo compensamos con creces. Peinetas para las chicas y camisas para los chicos. Cuatro tortillas de patata como cuatro soles, pan con jamón y tomate y varias jarras de sangría.
Me tocó llevar la voz cantante para presentar el show junto con Dani, y empezamos mostrando unos vídeos, entre ellos el que colgué antes de ayer aquí en el blog. La verdad es que se entusiasmaron bastante, les encantaron. (Si podéis verlo con calma, además de un montón de cosas que de sobra conocéis, veréis a toda la Spanish people en su máximo esplendor).
Tras los vídeos hicimos que la concurrencia bailase la Macarena y -en el colmo de lo hortera- el aserejé. Montamos un concurso y se lo pasaron pipa. Después vino la demostración de cómo preparar sangría; hicimos una jarrita en directo (todo hablado en inglés, por supuesto xD) y dimos vía libre para catar la comida. No tocaron a mucho, un cachito de tortilla y otro de pan tumaca, pero claro, es que la noche de la cultura española ha sido la de más tirón hasta la fecha, y el bar estaba llenísimo de gente.
Terminamos tocando en directo "Un rayo de sol", con guitarra y bongos incluidos, y nuestra archiconocida "Sandokán". Luego tuvimos que hacernos fotos con todo el mundo, sobre todo con los coreanos, a los que les hicieron muchísima gracia nuestras peinetas -vaya usted a saber por qué-.

Segunda
Ayer fue 15 de Octubre. 15-O. Madrid se llenó de gente. Viendo vídeos y fotos, escuchando sonar la 9ª de Beethoven en Sol, se me saltaban las lágrimas hace una hora. No se ha muerto el movimiento, cómo se iba a morir. Y en Tokio gritaron 300 personas, y Madrid se volvió a iluminar con el Sol. Nosotros aquí nos fuimos a Vilnius, para encontrar a unos 15 españoles, un croata y una inglesa muertos de frío y sin solo un lituano que les prestase atención. Pero nos dio igual, pegamos nuestros carteles en una farola y aguantamos lo que los 2 grados de temperatura nos permitieron. Luego nos fuimos a cenar comida lituana y de fiesta hasta las siete y pico de la mañana, cuando hemos cogido un tren de vuelta a Kaunas. Y ahora me voy a dormir.


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