Hasta un sitio en el que parece que nada nuevo puede pasar esconde experiencias desconocidas. Empezamos con little things, como ir al cine con subtítulos en lituano y constatar, como quien no quiere la cosa, que el inglés de una está alcanzando cotas bastante aceptables. Una visitilla al hospital, después, acompañando a un amigo con una brecha en la cabeza, para ver que, con la excepción de un doctor, nadie habla una sola palabra en un idioma que nosotros podamos comprender -lo que da mal rollo, porque mira que si un día te asaltan dolores indescriptibles y ni siquiera puedes expresarte en inglés...-. Vamos, que el cuatri empieza movidito. Mañana iré a mi primera clase de chino, además empezaré el miércoles las de inglés... y me zambulliré al 100% en el programa de radio que unos cuantos Erasmus pusieron en marcha el cuatrimestre pasado. Además me esperan algunas asignaturas interesantes: en una de ellas grabaremos un documental sobre algunos de los aspectos más interesantes de la historia reciente de este pequeño país báltico.
Y planes de nuevos viajes que se acumulan: Kiev, Minsk, Edimburgo, Rodas...
Y otros planes, y otra gente, y las mismas montañas de nieve que se acumulan sobre las aceras, y los -17ºC que han convertido el día de hoy en el más caluroso de cuantos hemos vivido en lo poco que llevamos de 2012 en Kaunas.
(Fuera de bromas, las noticias que están llegando de muertes en toda Europa a causa del frío ponen los pelos de punta. Aquí ya nos han aconsejado no salir a la calle durante más de media hora y, por supuesto, que la bufanda, el gorro, los guantes y las mallas se conviertan en una segunda piel. A más de uno se le ha congelado el moquillo dentro de la nariz... y eso sí que da auténtico MIEDO)
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