De nuevo inmersa en la vida universitaria de Kaunas...

Fui a mi primera clase de chino y sentí que después de mes y pico sin hacer nada de nada, al fin mi cerebro comenzaba a despertarse. Estuvimos practicando la pronunciación de vocales y diptongos, y también los nombres de algunos de los miles de caracteres que conforman el sistema de escritura chino. Los deberes, por ahora: escuchar dos veces al día este vídeo y repetir los sonidos. Vamos, que es un show. Pero me encantó la clase. Además, la profesora resultó ser una de las compañeras que estuvo conmigo en el curso de verano, y se alegró muchísimo de verme; cosas de la vida...

Total, que parece que la rutina empieza a dejarse caer, pero ayer la echamos de nuevo atrás yéndonos a ver el partido del Zalgiris contra el Barcelona. Las entradas nos costaron 26 litas y aunque estábamos un poco arriba, se veía estupendamente. En total creo que había cinco personas animando al Barcelona en todo el pabellón... y cada vez que marcaban y celebrábamos, los lituanos nos miraban con cara de muy mala leche (normal, después de eliminarles del Eurobasket, nos tienen entre ceja y ceja). Como sabréis, al final ganamos y salimos rapidito, just in case, que el orgullo herido de los lituanos sólo es comparable al de algunos otros spaniards...