domingo, 17 de febrero de 2013

aller auprès du phare

Si nadie me explica qué está pasando aquí, creo que me quedaré quieta sin volver a asomar la cabeza por la ventana jamás. La vida es sencilla cuando la quieres sencilla, haciendo un par de concesiones. Por eso los ciclones a deshora no son bienvenidos, y Bruselas, que era un remanso de paz en todos los sentidos, se está convirtiendo en otra cosa. Algo menos habitable, pese a que ya hemos dejado atrás los grados bajo cero.


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