martes, 19 de febrero de 2013

Falta de comunicación con los padres... mal trago para la/el aupair

Antes de venir a Bruselas, lo que más miedo me daba era no compenetrarme bien con la familia, ya que como futura aupair sabía que me tocaría pasar mucho tiempo con ellos. Sin embargo, me llevé una muy buena impresión, y desde que llegué nunca he tenido un problema. Se portaron con muchísima amabilidad, no me han agobiado en ningún momento ni -por supuesto- hemos tenido problemas "laborales". Mis obligaciones estuvieron claras desde el principio, y con una sola excepción, no se han excedido. En ese sentido, soy consciente de la suerte que tengo, conociendo los problemas a los que se enfrentan otr@s aupairs.

Sin embargo, desde hace un par de semanas, me siento rara en la casa. Al principio pensé que tendría relación con el incremento en mi vida social, que ha hecho que muchos fines de semana apenas pare por casa. Pero esto lleva siendo así desde que volví en enero. Entonces, ¿qué es lo que pasa?

Muy sencillo: necesito intimidad. Parece una obviedad, pero necesito llegar a casa a las 12 y poder entrar en la cocina a coger un yogur sin miedo a despertar a toda la casa (las puertas son antiguas y hacen muchísimo ruido). Necesito no tener que dar el parte de si voy a venir o no a comer, porque como ya les he comentado algunas veces, mis fines de semana no están planificados milimétricamente. Necesito, básicamente, terminar de trabajar y no tener que aguantar una cena familiar con sus broncas y sus tonterías... cuando muchos días lo que necesito es tirarme en la cama y dormir directamente. No termino de sentirme cómoda.

Claro, guapa, pero ya sabías a lo que ibas, diréis. Pues sí y no. Porque casi preferiría que no me tuviesen tan en cuenta para todo. Entrar en una familia con niños pequeños supone adaptarse a un ritmo en el que todo ha de estar bajo control, y eso termina incluyendo a la aupair. Y no me gusta. Estoy viendo que la raíz del problema es la falta de comunicación... que siempre es el origen de todos los males, así que tendré que hablar con la madre al respecto. Por lo pronto voy a decirles que no cuenten conmigo los fines de semana para las comidas y las cenas. Que si vuelvo más tarde ya comeré lo que haya.

A ver cómo se lo toman...

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