lunes, 26 de marzo de 2012

Waiting for Easter

HOOOOLA! Hace buen tiempo y tengo un catarro descomunal. Ésa ha sido la noticia más importante del día. Se ve que la primavera llega despacio a Lietuva. Muy despacio.

Pero bueno, con catarro o sin él, yo sigo a lo mío, y lo mío ahora es grabar un documental, preparar un programa de radio y planificar las próximas vacaciones. Siendo sincera, lo primero es lo primero, y ahora mismo Ucrania me tira más que todos los documentales del mundo. Parece que en principio seremos cuatro fijos: Ana, Nacho, Alejandro y yo, dando tumbos por tierras ucranianas. Estamos a la espera de que se apunte algún internacional y con la duda de si Ánder y Pablo podrán abandonar sus obligaciones informáticas. Aunque en mi fuero interno rezo por unos días de monopolio lingüístico para descansar la cabeza del inglés. 

Ayer hablaba con mi querido amigo Marco y me decía: pues yo no tengo ninguna imagen de Ucrania. Cierto. Yo tampoco la tenía y probablemente muchos de vosotros no hayáis pensado casi nunca en ése país... pero ahora tengo muchas ganas de subirme en un tren y recorrerlo. El turismo que he hecho durante mis 21 años de vida ha consistido en cuatro o cinco días de paseo intensivo por el centro de alguna gran capital europea. Por supuesto es genial y mientras tenga dinero y ganas no renunciaré a ello (la compañía no es tan importante, de hecho el broche de oro del cuatrimestre será un viaje en solitario por... -me reservo la sorpresa-), pero me apetece cambiar el chip y mochilear aún más. Porque, efectivamente, ése es el plan: dormir en trenes y visitar tantas ciudades como podamos. En mente tenemos Kiev -la capital-, Odessa (Mar Negro = playa!) y Lviv. Pero seguro (espero) que caiga alguna que otra más.

Así que esto es un brevísimo adelanto de lo que espero ver:
Kiev
Lviv


Puerto de Odessa
En fin. Que todo esto viene a cuento de que mañana tengo un examen para el que no me apetece nada estudiar. Demasiada teoría sobre prácticas periodísticas en este máster en el que más nos valdría la pena ponernos a escribir o a grabar o a darle a la sinhueso en vez de leer miles y miles de textos sobre los grandes modelos periodísticos (por cierto, la mayoría de ellos ridículos y bastante obsoletos -a mi entender-) y la madre que los parió.
En una hora van a ir a patinar sobre hielo. Bien. Me esperan sesenta minutos de indecisión, y al final terminaré yéndome con ellos, como si lo viera. Total, el examen es a las cuatro de la tarde.

P.S.[Y ayer hablé con homesweethome, lo cual me vino muy bien porque eran las 9 y llevaba horas estudiando y todo el mundo se había ido y yo no podía salir por culpa de los trabajos y del dolor de cabeza. A VOSOTROS: sí, os quiero, vale? Y ahora que lo pienso, os quiero más todavía por no ser de esos padres a los que hay que llamar a diario para dar un parte estúpido sobre lo que he comido-lo que he estudiado-lo que he bebido-la hora a la que me he acostado-los grados que hay en la calle. Gracias por dejarme respirar sin desaparecer del mapa -Aunque a veces Skype nos juegue malas pasadas-]  

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