viernes, 14 de diciembre de 2012

De cumple!

Hoy es el cumpleaños del hermano mayor de mis peques, y ha tenido lugar una velada de lo más agradable. Pero primero os cuento que se ha pasado el día lloviendo, una tormenta que daba miedo, no ha parado de caer agua desde las 12 de la mañana, y aún sigue. La puerta del colegio era un caos absoluto, y al ser viernes todos los críos iban cargados de manualidades. Por suerte yo sólo tenía un St Nicholas inmenso de cartulina, así que he intentado sacarlas de allí rápidamente, bajo la promesa de un gofre (que aunque ha funcionado, no ha evitado que fueran peleándose todo el camino de vuelta por naderías).
Luego la mayor se ha ido a gimnasia, y nos hemos quedado jugando a tinieblas y al escondite durante hora y media... con posterior sesión de villancicos, que ha terminado siendo un: "Elena, pon la del chocolate otra vez, y otra, y otra!!", así que la pequeña ya está en proceso de aprenderse el "Hacia Belén va una burra" (es desternillante oírla decir: "rin rin yo me remendaba yo me remendé", pero pone tanto empeño que intento no reírme mucho ^^)
Y así ha llegado la hora de cenar. Primero hemos brindado con champán -por lo del cumple y tal- y he estado hablando con los padres un buen rato (mira que el padre es majo, pero es que no le vemos el pelo por la casa, en serio... llega todos los días cuando ya estamos en pijama, es una pena), y me han contado que tienen previsto mudarse el año que viene, que por eso están haciendo tantas obras en la casa, porque la quieren alquilar. ¡Y que ya han mudado SIETE veces desde que se casaron! Yo no sé por qué me sigo alucinando con ciertas cosas, en serio. Pero bueno, el caso es que son muy majos... después de todo lo que  leo y me cuentan, me considero muy afortunada por estar trabajando con ellos... porque esto es una absoluta lotería, y varias de las au pairs que he conocido aquí pasaron por un par de familias antes de quedarse con una definitivamente. Y ya no es que tenga nada que ver con si te hacen fregar mucho o poco, sino con que te integren en la rutina familiar y se preocupen por ti. Igual a otra le gustaría más que la dejaran completamente a su aire, pero ya sabéis cómo soy yo :)
Hemos cenado comida china y luego hemos cantado villancicos alrededor del piano (sí, parecíamos sacados de mujercitas) y por fin llegó la calma. Cuando vuelva de Navidad tengo que organizarme mejor para estar menos cansada, porque vale que esto no es el Erasmus, pero no es normal que a las diez de la noche ya me esté tentando Morfeo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario