martes, 13 de diciembre de 2011

Reflexiones mañaneras

Mañana subiré fotos.
Pero ya ha llegado el momento de las primeras despedidas. Hoy, a mediodía, se van los vascos. Mañana se irán Manu y casi todos los franceses. Y a partir del lunes, todos los demás. Esta debería ser la semana de la fiesta perpetua y sin embargo lo único que quiero es irme ya para casa; ahorrarme toda una serie de despedidas -algunas, dolorosas- y salir por unas semanas de este universo paralelo llamado Erasmus.

Hoy hemos cocinado todos juntos. Hemos hecho un cocido... que ha sido lo mejor que hemos comido en cinco meses. Las mesas puestas a lo largo de la cocina, y los 10 alrededor. En la sobremesa, con tarta incluida, nos hemos dado los regalos de un amigo invisible que llevábamos organizando un par de semanas. Ha sido un rato precioso. Nos hemos cuidado tanto que ahora lo pienso y se me escurre alguna que otra lágrima. Estábamos ahí sentados y nos ha caído encima, de repente, la certeza de que esto se ha terminado y que todos tenemos una vida. Pero cómo te puede cambiar esa vida en cuatro meses... y a veces me paro y pienso que igual nada de esto es real porque el saber que vives a contrarreloj hace que cada instante sea el más intenso.

Pero lo pienso más a fondo y me digo que a contrarreloj vamos siempre. Y que esto es vivir, y crecer.

Y aquí, las cuatro "emes", a las que voy a echar de menos con todas mis fuerzas el cuatrimestre que viene, porque ellos no van a volver: Marta, Maialen, Markel y Miguel.
Con Marta
Con Mai
Con Markel

Miguel (haciendo un poco el canelo)



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