domingo, 11 de noviembre de 2012

Moules et Frites!

Esto sorprenderá mayúsculamente a mis señores progenitores y a mi hermana...
Prácticamente nada más llegar me preguntaron si había algún alimento que yo no pudiese/quisiese comer. Les comenté mi aversión natural al huevo y a la leche (que no a los lácteos), y ahí quedó el tema. Pues bien, hoy, cuando nos han llamado a la mesa, entro en el comedor y... había una MONSTRUOSA (y remarco: monstruosa) perola de mejillones. De primeras casi me a algo, nunca me han gustado, y ya que en Madrid sólo me veo obligada a comerlos cuando hay paella, y olvidé -craso error- que son el plato típico de este país. Y eran la única comida, acompañados de patatas fritas (por si alguien no lo sabe, también típicas de aquí, aunque los franceses se adueñaran del invento). Y no sé por qué, me he servido un plato gigantesco y me los he comido y, he aquí el misterio, me han sabido ricos. No a gloria, tampoco hay que pasarse, no son un cocido madrileño, pero me han sorprendido gratamente...


No hay comentarios:

Publicar un comentario