domingo, 18 de noviembre de 2012

Then take me disappearin’ through the smoke rings of my mind... let me forget about today until tomorrow.

Bueno, después de una noche terrible de morriña y lágrimas everywhere, aunque ha amanecido nublado estoy bastante más tranquila y (ahora os contaré por qué) contenta.

Me pasé todo el día fuera (es necesario desconectar, es VITAL; aunque los padres intentan mantener entretenidas a las niñas y todo el rato oigo: dejad a Elena tranquila! ellas se escapan y me llenan el cuarto de juguetes). Por la mañana paseé por la ciudad, visité librerías de segunda mano en las que espero no dilapidar mi sueldo, y me dejé caer por un par de mercadillos preciosos... En serio, esta ciudad en Navidad tiene que ser un calco de cualquiera de esos cuentos navideños empalagosos. Entre tanta chocolatería, tanto gofre, mercadillo cuco, luces y nieve... bueno, ya lo veré. Y en cuanto adquiera una cámara de fotos o de vídeo, con un poco de suerte lo veréis vosotros también :)

Luego me fui a comer con Vicente, que es un Erasmus de Canarias majísimo, hicimos pasta -oye, qué gusto volver a una cocina típica de estudiantes, comer pasta con beicon!! y hacer una sobremesa de dos horas hablando de cine, música, libros y política :) y después salimos a ver algunas zonas del centro que yo aún no conocía, a comernos un gofre con nutella en medio de la Grand Place (algo que añadir a la lista de placeres de los que disfrutar en esta vida, aviso!) y a descubrir a la hermana del Manneken Pis (sí, el niño famoso que mea;  tiene una hermana, Jeanneke Pis, -un poco menos famosa- que también mea).

Y luego, pues al irme a casa me atrapó ese sentimiento que en pequeñas dosis está bien, pero que cuando se te mete, como el frío, por todo el cuerpo te deja completamente hecha polvo, y es el echar de menos. Así que me subí en el tranvía y empecé a escuchar los tangos que aprendí de Ale, mi querido amigo argentino-lituano, y me regodeé un poquillo en la falta que me hacen mis amigos, mis padres, mi hermana, mis primos, mis abuelos, mis tíos, Madrid mismo, y la bandera lituana del techo de mi habitación. Encima se puso a llover!!

Pero llegué a casa justo antes de que las peques se fueran a dormir, y se me colgaron del cuello con un montón de besos "reprochándome" el haber estado fuera de casa todo el día... y después vino el notición y principal motivo de mi alegría... Resulta que mi padre y yo no vamos a ser los únicos en volver a casa por Navidad... Desde Vietnam vuelve María como el turrón, poniendo fin a los casi 11 meses que llevamos sin vernos.

Y eso es todo! Ahora, aprovechando que sigue lloviendo, y con bso del señor Bob Dylan, a ver si logro hacer de este domingo algo productivo en relación al TFG... que esta semana he tenido un pelín más abandonado.


Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
I’m not sleepy and there is no place I’m going to
Hey! Mr. Tambourine Man, play a song for me
In the jingle jangle morning I’ll come followin’ you

Though I know that evenin’s empire has returned into sand
Vanished from my hand
Left me blindly here to stand but still not sleeping
My weariness amazes me, I’m branded on my feet
I have no one to meet
And the ancient empty street’s too dead for dreaming
(...)
Then take me disappearin’ through the smoke rings of my mind
Down the foggy ruins of time, far past the frozen leaves
The haunted, frightened trees, out to the windy beach
Far from the twisted reach of crazy sorrow
Yes, to dance beneath the diamond sky with one hand waving free
Silhouetted by the sea, circled by the circus sands
With all memory and fate driven deep beneath the waves
Let me forget about today until tomorrow

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