Es bastante extraño conectarme a Skype, con pijama de invierno, sudadera y -a veces- bufanda, para encontrármelo a él en camiseta, sentado en una tumbona de la piscina. Entre eso -que me da bastante envidia- y la abrumadoramente pésima calidad de las llamadas por Skype, que últimamente agota mi paciencia en tiempos que baten el récord de los vídeos de youtube cuando no cargan, se hace pesado conectarse para contarse cuatro banalidades sobre el día que ha terminado. Pero lo sigo haciendo porque nos hace mucha falta! Porque me conecto y veo las fotos que ha pegado en la pared, para vernos todos los días, y a mí -que me da apuro pegar nada en ninguna parte de esta casa tan... la palabra "limpia" es injusta (que la mía también lo está, y pego de todo)- me hace mucha ilusión.
Así que aquí le tenéis! En el desierto (que dice que ya ha visto camellos, que andan sueltos por allí como Pedro por su casa), y un par de fotos de Jeddah vista desde las alturas de su oficina. Está contento, adaptándose al clima, al inglés y a la nueva rutina de trabajo. También hizo una visita al mar Rojo, donde alucinó con la cantidad de yates y motos acuáticas que había, y aún más con la imagen que más le marcó: la de las mujeres en la playa completamente cubiertas de negro. Ah! Y hasta que le den el coche, tiene un chófer de Pakistán con el que se lleva bastante bien. También está descubriendo nuevas cocinas, como la libanesa -aunque no le ha debido hacer mucha gracia por el tema de las especias- y empezando a ser consciente de lo que molan esas quedadas de "españoles por el mundo". (Me da envidia porque su año va a ser mucho más exótico que el mío, lo reconozco).
Sigo cual hormiguita con el Trabajo de Fin de Grado, terminando esta mañana con "La espiral del silencio", base del marco teórico y mi biblia particular en estas semanas. El próximo paso serán los informes de Amnistía Internacional... despacio y con buena letra! Ya os iré contando cómo avanza esto.
lo cuentas muy bien parece hasta bonito,
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